Conceptos de Elba Pérez par una muestra anterior.
El dibujante Armando Sapia vuelve a la carga provisto de la inagotable capacidad de invención de la que da testimonio la muestra "Ampliaciones y dibujos" inaugurada en el Centro Cultural Cooperación, cuyos trabajos presentan un mundo poblado de personajes extravagantes con los que resulta fácil identificarse.
Una
actividad febril y a menudo inexplicable impulsa a la muchedumbre
trazada por Sapia. Como habitantes de la bíblica Torre de Babel cada
cual atiende su juego porque no tienen idioma en común.
Los
amantes se desentienden de los automovilistas que se precipitan en el
vacío, otros corren, levitan o se abstraen ajenos como están todos al
caos general. Igual suerte comparten los cadavéricos navegantes de una
barca que cita a Hierónimus Bosch, a José Guadalupe Posada o a nuestro
entrañable Discepolín.
En esta mixtura Sapia impone
su marca personal.
Culto, refinado, irónico, irremediablemente porteño,
Sapia logra el milagro de advertir sin moralizar. Es un implacable
observador de la realidad contemporánea pero nunca incurre en la
anécdota obvia ni en la admonición edificante.
Cada
dibujo equilibra la pulsión inconsciente con el dominio de la línea que
corporiza la imagen interior. El trazo de la pluma subraya el rigor del
duelo entre la tinta negra y el papel blanco que incide, sin posibilidad
de arrepentimientos o componendas.
Estos rigores al
que el dibujante se somete voluntariamente contrastan con la implícita
benevolencia que el autor derrama sobre sus tragicómicos protagonistas.
Sapia
asimiló las exigencias de la representación figurativa, observando las
reglas de composición, modelado de los volúmenes y valorización de la
luz.
Sobre esta apropiación profunda de los
contenidos gráficos supo fundar la autonomía del grafismo. Su línea es
segura, pura y sensual, sin necesidad de otras complicidades. De este
modo, Sapia dispara sus dardos y hace centro en una razón poética que
hace verosímiles las extrañas aventuras de "Ampliaciones y dibujos".
El
título de la muestra tiene doble acepción: alude a las dimensiones
reducidas de los dibujos originales y a la reproducción magnificada.
El
recurso permite a un público mayoritario la adquisición de las obras
expuestas en el Centro Cultural Cooperación. Pero el título remite
también al papel del artista como observador y cronista de su tiempo.
Dibujante,
grabador y pintor, Armando Sapia pertenece a la generación de artistas
que articularon las enseñanzas de Lino Enea Spilimbergo con los aportes
de las vanguardias posteriores.
En su caso, Sapia hizo una transición progresiva, autoexigente.
No se demoró en la maestría y supo rehuir los manierismos complacientes de la mimetización a la moda.
Desde
esta ética impuesta voluntariamente ha sabido construir una obra de
dignidad y calidad sin defecciones. Y no es mérito menor que esté
asistido por el humor irreverente que campea en la exposición de la
calle Corrientes.
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