viernes, 18 de mayo de 2018

Presentación de DORA 3 de IGNACIO MINABERRY



Comienza la década del ’60, y una chica llamada Dora llega a la Argentina a la caza de criminales de guerra nazis. Ese es apenas el punto de partida de la saga de Dora, del joven historietista de Flores Ignacio Minaverry...
Chicas, monoblocks y tanques de agua. Dice Ignacio Minaverry que no se olvida que el maestro José Luis Salinas decía que hay que dibujar de todo. Pero confiesa que estaría encantado si pudiese hacer una historieta dibujando sólo esas tres cosas. “Aunque sería un poco vago, ¿no?”, agrega con una sonrisa el autor de Dora, una historieta con todas esas cosas. Y algunas más, claro está. Como criminales de guerra nazis y espías dedicados a cazarlos, amateurs o no.

Publicados inicialmente por entregas en la revista Fierro durante casi dos años, los dos primeros capítulos de Dora –la saga del alumbramiento de una joven espía, que promete ser de largo aliento– se acaban de compilar en un apasionante y encantador volumen titulado sencillamente Dora, Número 1, 1959-1962 (Editorial Común). En ellos se cuenta la historia de cómo Dora comenzó a reunir su amplio archivo de nazis en Berlín, y luego cómo viajó de su hogar en las afueras de París –donde fue reclutada por un espía israelí– hacia el pequeño pueblo argentino de Vivar, intentando descubrir a Mengele.




 Cuando empecé a pensar en la historia de Dora, arranqué imaginándola como una espía misteriosa, de la que el lector sabía muy poco”, explica Minaverry, que llegó a esta trama de espías luego de intentar escribir unas historietas sobre la Segunda Guerra Mundial.No quería comprometerme mucho con el personaje, pero después empecé a trabajar en el capítulo donde prácticamente comienza su historia, en Berlín, y los protagonistas empezaron a estar más delineados.

Sus chicas, monoblocks y tanques de agua se destacan en las historietas de Minaverry, qué duda cabe. Pero lo que más se destaca es todo el tiempo que se toma para contar su historia, que tiene un ritmo atípico dentro de las tramas del género. “A mí, contar corto es algo que no me sale, porque es más difícil. Más fácil es ir narrando lento, para llegar despacio a donde sea que quieras llegar”, intenta explicar con llamativa humildad un dibujante que no se puede decir que haga la fácil con sus historietas preciosistas y narradas ‘metronómicamente’.

Pero que es verdad que ha ido llegando lentamente como autor al lugar que de golpe ocupa su libro en la mesa de novedades de las librerías, donde se destaca como la mejor oferta del verano, con o sin cuadritos. Porque Minaverry es un caso extraño dentro de un medio que por sus características suele propiciar eso de crecer en público. Pero no sucedió así con él. Ya que cuando aparecieron las primeras páginas de Dora en Fierro, a fines del 2007, se demostró en ellas como un artista hecho y derecho, prácticamente salido de la nada. O casi.

Extraído de Página 12



















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